felicidad
Hace unos días una amiga a la que no le interesa el fútbol me preguntó: “¿por qué te gusta tanto ver fútbol?” Tras formular un par de razones bastante imprecisas, respondí de una manera mediocre que no le dijo nada a ella y que tampoco logró expresar lo que yo pensaba. Desde ese día le he dado vueltas a la inocente pregunta y me he dado cuenta que por lo general esta es una cuestión que no se explica, que se entiende o no se entiende. Ahora, tras mi fracaso argumentativo y habiendo vuelto a leer las páginas de un libro del que estoy enamorado –Profanaciones de Giorgio Agamben– recordé la principal razón por la que veo fútbol, voy al estadio y me intereso por este deporte todos los días de mi vida: porque me hace feliz.